COVID, cocaína y violencia

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Colombia es un país hermoso, pero también es conocido por abastecer de cocaína al mundo, algo que el gobierno colombiano está decidido a corregir. Una de las mejores maneras de lograrlo es crear oportunidades para alejar a la gente de las actividades ilegales, y la educación es la mejor vía para lograrlo.

Con más de 13 mil estudiantes, el Politécnico Colombiano Jaime Isaza Cadavid, con sede en Medellín, es una institución universitaria adscrita a la Gobernación del Estado de Antioquia, fundada en 1964. Ofrece educación superior técnica y profesional para estudiantes de pregrado y posgrado en las áreas de ingeniería, administración, ciencias agrarias, comunicación audiovisual, deportes y recreación. Su oferta académica también incluye cursos de educación no formal.

Los objetivos de la institución son ampliar las oportunidades de educación superior en diferentes zonas de Medellín, el Departamento de Antioquia y el país, promoviendo la inclusión de la población urbana y rural excluida del desarrollo económico y social, sin comprometer la calidad de la educación impartida. Utilizar la educación como vehículo para mejorar la calidad de vida de todos los miembros de la comunidad, evitando al mismo tiempo el riesgo de que miles de jóvenes sean reclutados para participar en actividades ilícitas. Desarrollar las dimensiones éticas, políticas y sociales de la educación, y no solo el desarrollo cognitivo del ser humano, priorizando a las mujeres más vulnerables, violentas o socialmente marginadas.

La Politécnica busca promover procesos educativos que enseñen desde y para la no violencia y que construyan oportunidades de ciudadanía. Además, busca crear un observatorio para la paz y el conflicto, dado que la mayoría de la población estudiantil pertenece a estratos sociales muy vulnerables, donde el proceso educativo es esencial para evitar el retorno a la violencia y el conflicto.

El 91% de la población estudiantil proviene de los estratos sociales más bajos y tiene una alta exposición a pandillas al margen de la ley, considerando la guerra y la ilegalidad como último recurso para sobrevivir y cubrir las necesidades básicas de sus familias. La COVID-19 ha presentado al Politécnico un nuevo reto para alcanzar sus metas. La población de bajos recursos carece de los recursos para integrarse en la nueva realidad digital y de "quedarse en casa". Carecen de conectividad, o al menos una que puedan costear, y el acceso a dispositivos también es un problema. Este es un llamado a ayudar a los jóvenes de Medellín a mantenerse alejados de la delincuencia y a ayudar al Politécnico a brindarles una forma de ser parte de la sociedad y contribuir a su desarrollo y al de los demás. Las alternativas tienen consecuencias de gran alcance que podrían terminar en nuestras puertas.


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